Una investigación puede
dirigirse a resolver una amplia gama o variedad de necesidades. Así por
ejemplo, podemos estudiar el comportamiento de un fenómeno o hecho para
esclarecerlo y describirlo, estudiar las causas que están generando un problema
para poder explicarlo y llegar hasta proponer soluciones, comprobar una
hipótesis previamente formulada, conocer el proceso histórico que ha
tenido un fenómeno, entre otras.
De
ahí que cada autor nos presenta diferentes clasificaciones atendiendo a
distintos criterios o enfoques. De acuerdo con los tipos de trabajos que se
realizan, y atendiendo a la finalidad que se persiga las investigaciones pueden
clasificarse en: fundamentales, teóricas o puras y aplicadas.
La
investigación fundamental, teórica o pura es aquella que no persigue una
utilización inmediata de los conocimientos obtenidos, el problema de
investigación se orienta a la búsqueda de un conocimiento teórico que amplíe y
profundice su comprensión en la ciencia pedagógica. Esto no quiere decir que
los resultados estén desligados de la práctica, o que no sean empleados para
fines concretos. Se dirige a la búsqueda de nuevas teorías, principios, leyes y
métodos, se vinculan con la formulación de nuevos problemas científicos.
Por
su parte la investigación aplicada, está dirigida a la solución de problemas
prácticos, de una aplicación inmediata y muy ligada al desarrollo de la ciencia
específica de que se trate.
La
investigación fundamental y la aplicada no las podemos ver como contrapuestas o
desligadas entre sí, entre ambas se establecen relaciones estrechas.
No obstante, para asumir un
determinado tipo o modelo de investigación debemos preguntarnos ¿qué es lo que
queremos saber sobre nuestro tema de investigación? O sea, ¿queremos
simplemente una descripción del problema?, saber ¿qué está ocurriendo?, ¿cómo
es el problema para poder caracterizarlo y buscar soluciones? Necesitamos saber
¿qué era? ; ¿Cuál fue su comportamiento?, o por el contrario ¿evaluar cómo será
para una generalización o aplicación futura?
Teniendo
presente lo anterior podemos agrupar las investigaciones atendiendo a la
dimensión cronológica en:
- Investigación Histórica (lo que era).
- Investigación descriptiva (lo que es).
- Investigación experimental (lo que será).
La “investigación descriptiva”
es aquella que tiene por objetivo registrar, analizar y describir las
características observables y generales de los fenómenos objeto de
investigación, existentes en el preciso momento en que se realiza el estudio,
con vistas a poder clasificarlas, establecer relaciones entre variables, no
para determinar la relación causa-efecto, sino para dar a conocer los hechos
tal como ocurren, su propósito es obtener información exacta y completa, a modo
de diagnóstico.
De
ahí que en este tipo de investigación se empleen, fundamentalmente, métodos
empíricos que permiten lograr esos fines, como son: la observación, las
encuestas, las entrevistas, etc. Se incluyen dentro de las investigaciones
descriptivas:
- Los estudios de desarrollo.
- Los estudios longitudinales.
- Los estudios transversales.
- Los análisis de cohortes.
- Los estudios de casos.
La “investigación
experimental” en este tipo de investigación predomina el control de las
variables (dependiente, independiente y ajenas). Es aquella donde se establece
una relación causa-efecto, generalmente a partir de una hipótesis que formula
el investigador y que se comprueba a través de la experimentación científica. (R.
Bisquerra, “Métodos de Investigación Educativa, Guía Práctica”, 1989).




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